El Banco de la Reserva de Australia (RBA) decidió mantener sin cambios la tasa de interés en 3,60% durante su reunión del 4 de noviembre de 2025. La medida refleja una postura de cautela frente al reciente repunte inflacionario y señales mixtas en la economía australiana. A continuación, un análisis estructurado de los factores que influyeron en esta decisión y su implicancia para el escenario macroeconómico.
Decisión de política monetaria
La Junta optó por mantener la tasa de efectivo en su nivel actual, considerando que las condiciones financieras continúan siendo restrictivas y que la política monetaria sigue contribuyendo al proceso de desinflación. El comité evitó tanto un aumento como una reducción, evaluando que los riesgos estaban balanceados y que aún hay margen para observar la evolución de los datos.
Inflación: repunte contenido, pero persistente
La inflación subyacente fue de 3,0% interanual en el tercer trimestre, por encima del 2,7% del trimestre anterior. La inflación general ascendió a 3,2%, impulsada principalmente por factores puntuales como la eliminación de subsidios eléctricos. El RBA estima que estos elementos son en parte transitorios, pero proyecta que la inflación subyacente permanecerá por encima del 3% en los próximos trimestres, para luego estabilizarse hacia el objetivo en 2027.
Actividad económica y crédito
La demanda interna muestra señales de recuperación. El consumo privado mantiene el dinamismo observado en el segundo trimestre y el mercado inmobiliario se está fortaleciendo. El crédito fluye sin restricciones para hogares y empresas, y los precios de la vivienda vuelven a subir. Esta reactivación, aunque positiva, plantea riesgos inflacionarios si se acelera más allá de lo previsto.
Empleo y salarios
El mercado laboral continúa ajustado, aunque da señales de relajación. La tasa de desempleo aumentó a 4,5% y el crecimiento del empleo se ha desacelerado. A pesar de ello, la oferta de empleo sigue elevada y las empresas reportan dificultades para cubrir vacantes. La presión sobre los salarios, junto con una baja productividad, sostiene un nivel elevado en los costos laborales unitarios.
Incertidumbre macroeconómica
El comunicado enfatiza la presencia de riesgos tanto al alza como a la baja:
- A nivel interno, una demanda privada más robusta podría presionar aún más la capacidad instalada y favorecer nuevos aumentos de precios.
- A nivel global, persisten tensiones geopolíticas, riesgos comerciales y una desaceleración estructural en el crecimiento económico.
El RBA también reconoce la dificultad de calibrar con precisión el grado de restricción monetaria actual, dada la complejidad de los rezagos en la transmisión de política y la evolución incierta del mercado laboral y la productividad.
Perspectiva y próximos pasos
El Consejo adoptó una posición de espera vigilante. No se descartan nuevos ajustes en la tasa, pero cualquier movimiento dependerá de la evolución de los datos económicos, particularmente en inflación, consumo, empleo y entorno internacional. La prioridad sigue siendo doble: anclar las expectativas inflacionarias y preservar condiciones de empleo sostenibles.
Conclusión:
La decisión del RBA de mantener la tasa en 3,60% refleja una estrategia de prudencia técnica. Reconociendo los riesgos latentes, la Junta optó por observar y actualizar sus proyecciones antes de considerar un nuevo movimiento. El enfoque actual refuerza la credibilidad del banco central, al mantener su mandato enfocado en la estabilidad de precios y el pleno empleo, sin reaccionar de forma anticipada ante señales que todavía se consolidan.
Esta entrada forma parte de la documentación de Web3Witness, siguiendo el análisis continuo de las instituciones que dan forma al entorno financiero y económico global.
